CONFIDENCIAS
Abre tu corazón y deja que las flores que hay en él,
derramen su perfume, hay almas que necesitan de
su aroma para no asfixiarte en la atmosfera en que
viven... Y si tienes un dolor, si una pena lacera a tu
espiritu, dilo también, el alma que sufre verá que no
esta sóla y que su dolor no era el único dolor.
Cuándo escribas o hables, házlo con sencillez y
sinceridad. Abré tu corazón a los demás, no
importa que hoy rian o sonrian de lo que tu dices
o ellos creen comprender, mañana ellos también
harán lo mismo, sentirán idéntica necesidad de
volcar sus inquietudes, sus esperanzas y deses-
peranzas en un hombro amigo.
Quién
sabe que lejanas reminiscencias o que
imprecisos anhelos envuelve al pensamiento
no del todo expresado ni enteramente comprendido
y ¡cuántas sugerencias despierta él hasta en el alma
de quién lo manifiesta!
Cómo no tenemos plena conciencia de lo que fuimos
y ni siquiera la certeza de lo que deseamos ser, es
que a veces, cuándo nace en lo profundo de nuestro
yo el deseo vehemente de superación y de belleza,
parece que asistimos a la lucha entablada entre la
razón y el sentimiento, ésto és, entre el cerebro y el
corazón.
Sentimiento y razón se miran como si por primera
vez se vieran, se contemplan y se comprenden
Ambos marchan juntos por la vida y cada cual extrae
de ella lo que todo se plasme en las divinas entrañas
del ser: la luz de los astros, el canto de las aves, la
música del viento, la fragancia de las flores, todo lo
asimilan ellos y se nutren de todas las bellezas de la
luz, de las formas y del perfume, para ir gestando la
sublime realidad del futuro ser.
Cuándo el ansia surge y el deseo se manifiesta,
ya no hay impedimentos para la realización
Las pupilas que se bañan en la luz de las estrellas,
despedirán mañana esa serena luz.
LEONARDO CUETO
(mi padre)
Derechos Reservados1992
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miércoles, 14 de marzo de 2012
CONFIDENCIAS..
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